Vaya papeleta
Aquel cigarrillo de mezcla de lo real con lo irreal le hacía olvidar aquellas horas bajas, le dio un trago a aquella botella larga, mientras el humo del deseo creaba formas incitadoras que le recordaban aquel viejo amor, un amor al que nunca olvidaría.
El planeta estaba hecho un caos, guerras, hambruna y consumo, y el teléfono sin sonar, pues vaya papeleta, otra noche sin salir a arreglar el mundo. ¿será la edad?. Por cierto, a ver si mañana no se me olvida hacer unas flexionecitas...
Tumbado aquí frente al televisor estaré toda la noche viendo pasar la publicidad, que noche más excitante...
